Seleccionar página

La educación de tus hijos

De por sí educar es todo un reto para cualquier padre, es quizá la tarea más difícil a la que nos enfrentamos en la vida, sin duda en nuestras manos está moldear a ese hijo para que sea capaz de hacer de su vida un lugar para quedarse. Si además tenemos el coraje, el compromiso y la valentía de soñar con que los hijos sean grandes personas, la labor tendrá que hacerse con una conciencia minuciosa de todo lo que puede dirigirnos a lograrlo. Pero, ¿Qué es ser una gran persona? Parece que no tiene nada que ver con ser exitoso, triunfador o millonario, parece más bien que tiene que ver con ser reconocido como un modelo a imitar, ser honesto, leal, sincero, comprometido, justo, bondadoso, generoso, ese tipo de personas que todos ansiamos con tener alrededor y a las que admiramos por el aporte que hacen al mundo, esas grandes personas que un día fueron niños educados en unos códigos éticos impolutos.

¿Y esto es útil para los hijos? Se preguntarán algunos. Posiblemente la herramienta más potente que puedes darle a tus hijos sea justamente la de ser una gran persona. Podrá establecer relaciones de amistad auténticas, tendrá recursos para querer y ser querido, será sin duda bienvenido allá donde vaya y vivirá una vida plena donde el bienestar consigo mismo esté por encima de todas las posesiones que muchos necesitan para sentirse bien. Sabrá perdonar y vivir sin rencor, defenderse sin agredir y prescindirá de prejuicios que acortan sus posibilidades vitales. Ser una gran persona tiene que ver con sentirse en comunión con el mundo, es así como la vida puede fluir verdaderamente.

Dime con quién andas y te diré quién eres Click to Tweet

¿Cuáles son los misterios para incultar cómo ser una gran persona? En realidad no hay misterios, solamente sentido común. Destaquemos lo más obvio para revisar si nuestra prioridad es justamente esa:

Ser mejores personas

  • Ser un buen modelo a imitar. La fórmula más potente en la educación es convertirse en un modelo válido para el niño. Cuando hay un buen vínculo afectivo los peques aprenden por modelado, desean imitar las actitudes y conductas de sus mayores. Es así de simple, cuando el peque tiene alrededor grandes personas de las que absorber conocimiento el éxito está garantizado. Nada hay más interesante para un niño que ser reconocido como uno más del grupo, la adquisición e imitación de sus modelos es la llave para lograrlo, terminan haciendo suyo lo que pertenecía a los suyos, “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
  • Ser coherente. Los padres que dicen pero no hacen, los que se contradicen y lanzan mensajes socialmente bien vistos pero sin acompañarse de acciones que les den significado generan confusión y pierden la capacidad de transmitir valores. Cuando los padres actúan en sintonía con lo que piensan y sienten y todo ello tiene que ver con unos principios claros de convivencia y buen hacer, están en condiciones de ser unos modelos excelentes para sus hijos. La coherencia da seguridad y sentido.
  • Poseer una escala clara de valores.  Sobre los valores, la ética y la moral se asientan los principios que rigen nuestra manera de estar en la vida. Aquellas familias donde se respira sinceridad, diálogo, escucha activa, empatía, justicia, templanza y lealtad, entre otros, son expendedoras de futuras grandes personas, y es que es difícil que se tuerzan los árboles que crecieron con raíces fuertes y robustas, tienden a crecer en la misma dirección que fueron plantados.
  • Contemplar la inteligencia emocional como la clave. Hemos tenido la trágica costumbre de invertir en inteligencia verbal, espacial y matemática como único motor prácticamente en la crianza de los hijos. Afortunadamente desde hace algunos años hemos evolucionado y comprendido que el bienestar tiene más que ver con la capacidad de gestionar las emociones y las relaciones con los demás, además de poseer sabiduría y cultura. La inteligencia social, emocional y relacional prepara para la vida en comunidad y facilita la integración y la adaptación.
  • Potenciar la compasión hacia los demás. Ser una gran persona tiene que ver precisamente con ser compasivo, es decir, no reírse con las debilidades de los demás, ser cauto a la hora de juzgar a nadie, ser capaz de ver más allá de lo que parece y moverse con el sufrimiento ajeno hacia la reparación y la conciliación. Sin compasión no hay verdadera capacidad de amar ni de ser amado.
  • Ser empático con los hijos y fomentarlo en ellos. Aprender a ponerse en el lugar de los demás se aprende desde el terreno de la experiencia. Cuando uno ha sido considerado en sus quejas, malestares, dolores y alegrías tiende a desarrollar una capacidad natural para considerar todo este repertorio emocional en los demás. La empatía facilita la conexión con los otros, genera bienestar y ayuda a la comprensión en las relaciones. Se despoja uno de sus propios traumas no comprendidos por nadie en su momento y se coloca en la piel del otro, sin miedo ni angustia, sencillamente para poder manejarse mejor en la comprensión de la vida.
  • Amar incondicionalmente a los hijos. ¿Y de que otra manera sino es posible llegar a ser una gran persona? Siempre hay casos excepcionales pero sin duda, cuando uno fue amado, reconocido, querido, considerado, respetado por sus padres, cuando uno pudo hacerse cargo de su vida sin cargar con daños graves, ni rencores, cuando en uno se confió plenamente, se alentó a ser la mejor versión de sí mismo, entonces ese uno puede hacerlo con los demás. El amor recibido es el que se entrega después, así que asegúrense de que el hijo se siente amado incondicionalmente para poder enseñarle el resto, pero siempre desde el vínculo afectivo, sin amor no habrá un buen aprendizaje.
Amar incondicionalmente a los hijos. Click to Tweet

Si continuas utilizando este sitio, aceptas el uso de las cookies. Más información

Las opciones de cookie en este sitio web están configuradas para "permitir cookies" para ofrecerte una mejor experiéncia de navegación. Si sigues utilizando este sitio web sin cambiar tus opciones o haces clic en "Aceptar" estarás consintiendo las cookies de este sitio.

Cerrar