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¿Cuáles son tus frases positivas?

El lenguaje que usamos en las frases positivas es una mera proyección de la manera en que pensamos y percibimos la realidad, las palabras delatan el significado que damos a cada vivencia y afectan directamente a las emociones y los sentimientos que emergen al son de cadenas de pensamientos que organizan y estructuran nuestro contacto con la vida.

“El gran descubrimiento de mi generación es que un ser humano puede alterar su vida al alterar sus actitudes” William James. Filósofo estadounidense (1842-1910)

Desde tiempos remotos los pensadores tenían clara esta idea: lo importante no es lo que nos sucede sino lo que pensamos acerca de ello; en este sentido las corrientes más actuales en psicoterapia consideran que la narrativa usada por cada uno esclarece los guiones de vida y determina su estado mental.

Una persona feliz no tiene un determinado conjunto de circunstancias, sino un conjunto de… Click to Tweet

“Una actitud positiva provoca una reacción en cadena de pensamientos, eventos y resultados. Es un catalizador y desata extraordinarios resultados” Wade Boggs. Deportista estadounidense (1958)

El cerebro humano está preparado, tras años de evolución, para identificar peligros en el medio y proteger la vida, la supervivencia está en manos de una corteza superior que inunda a la consciencia de pensamientos catastróficos y ansiógenos, anticipando posibles circunstancias de riesgo, en la mayoría de las veces improbables y sin embagro generando estados de alerta que alejan al ser humano de un estado de regulación y equilibrio emocional.

“Si no te gusta algo, cámbialo; si no lo puedes cambiar, cambia la forma en que piensas sobre ello” Mary Engelbreit. Artista estadounidense (1952)

La modificación o eliminación de este tipo de ideas alarmistas resulta inviable para la gran parte de la población, sin embargo, los profesionales de la salud mental sostienen que más que resistirse a ellas se trata de tomar conciencia del estrés que generan y modificar el lenguaje, ser exquisitos en el tipo de vocabulario que se usa para narrar cada circunstancia, adoptar un lenguaje positivo, recatado y equilibrado ofrece un feedback al sistema emocional y motivacional más realista y contemplativo, más sensato y regulador.

“No creo en tomar la decisión correcta. Yo tomo una decisión y la convierto en correcta” Muhammad Ali Jinnah. Político musulmán (1876-1948)

De esta manera las frases positivas pueden ayudar a lograr un estado de ánimo armónico siempre y cuando se tome conciencia plena de su buen uso y se procure ser uno mismo el que las genere, de otro modo, repetir frases positivas encontradas por las redes sin reflexión ni incorporación de una filosofía alternativa sobre algunos asuntos, obedece a una moda más que a un cambio personal, por lo que no será útil para generar los cambios buscados.

“El que conozca tan poco la naturaleza humana como para buscar la felicidad cambiando todo excepto su disposición, malgastará su vida con esfuerzos infructuosos” Samuel Johnson. Literato inglés (1709-1784)

En una actitud alarmista, depresiva y destructiva habitualmente se encuentra una serie de elementos en común en el tipo de lenguaje utilizado, entre otros los siguientes:

  • El uso de expresiones absolutistas: “todo me sale mal”, “jamás me llamará”, “nunca lo hice bien”, “todos son iguales”.
  • El abuso de frases condicionales: “¿Y si me equivoco?”, “Ya, pero no siempre fue así”, “¿Y si dejas de quererme?
  • La tendencia a utilizar términos despectivos: “que asco”, “le odio”, “esto es horrible”, “me repugna”.
  • La costumbre de dramatizar situaciones cotidianas: “me horroriza tener que ir en metro”, “soy incapaz de levantarme por las mañanas”.
  • El uso de calificativos incapacitantes: “yo no puedo hacerlo”, “soy incapaz de enfrentarme”, “te digo que no y es que no”, “ni en broma lo conseguimos”.

“Estar interesado en los cambios de estación es un estado más feliz que estar enamorado siempre de la primavera” George Santayana. Filósofo hispano-estadounidense (1863-1952)

El uso de frases positivas, de un lenguaje consciente cargado de posibilidades, que relativice la percepción de miedo, que resulte calmante para uno mismo y para el  oyente, que incluya sin lugar a dudas el sentido del humor, que se adecúe a la realidad más que a la angustia y que se encuentre en consonancia con una comunicación positiva, potencia las capacidades adaptativas del ser humano y resulta por sí mismo regulador.

“A menudo es más necesario el cambio de uno mismo que el cambio de escenario” Arthur Christopher Benson. Poeta inglés (1862-1925)

Narrarse la vida como un lugar hostil, peligroso, desfavorable, lleno de pérdidas, angustiante o depresivo, la convierte precisamente en eso sobre lo que hablamos y pensamos. En este sentido es interesante reflexionar sobre la idea acerca de que el cerebro límbico o emocional no diferencia entre realidad y fantasía, es decir, siente en función de los contenidos que le ofrecemos, por ese motivo ante una pesadilla, una fantasía erótica o la visualización de una película de alto impacto emocional, las reacciones del sistema límbico se producen como si todo aquello estuviese sucediendo en la realidad, sentimos miedo, placer o terror por el mero hecho de imaginarlo. Por tanto, lo dicho, lo expresado, que actúa como espejo de ese pensamiento inagotable, alarmará o calmará, asustará o tranquilizará.

“He aprendido a usar la palabra imposible con la mayor prudencia” Wernher von Braun. Ingeniero alemán (1912-1977)

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