Mantener el romanticismo es la clave en el amor
Cuidar los detalles en la relación de pareja es importante para mantener vivo el romanticismo, esa parte del amor que con el tiempo se desgasta y se apaga sino se va nutriendo día a día, con el riesgo de que un día se termine y sea entonces tarde para hacer lo que no se hizo. El amor es un regalo para quien lo recibe, eso sí, no es eterno, necesita de mucho trabajo, mimos y dedicación para que pueda crecer y disfrutarse el resto de la vida. Restarle importancia a los gestos de amor dentro de la pareja bajo el imperativo de que esas son cosas de los inicios o que no son necesarias porque sabemos que nos queremos es una forma de boicotear al amor. Cada gesto, cada intención, cada detalle, cada evidencia del cariño que le tenemos al otro va formando parte de la historia de la pareja y de su guion de vida.
- ¡Hoy es nuestro mesario! ¿Por qué no hacerlo y así mantener el romanticismo? En los inicios de una relación es habitual celebrar cada mes el día que comenzó la unión, cuando surgió algo más allá del deseo y se transformó en realidad. Cuando el amor llega en forma de flechazo en el mesario coinciden ambos, el conocerse y el enamorarse. Ese día especial puede ser recordado de forma sencilla pero constante, resultando muy reconfortante compartir con la pareja que cada mes te acuerdas de aquel día tan importante en vuestra vida, “Felicidades, hoy hace 21 meses que te elegí”, tu pareja se sentirá especial y aumentará la complicidad entre ambos, se trata de un hecho íntimo de la pareja, no un evento social, solo es compartido por ellos y eso siempre lo hace especial.
- Carta de amor en el aniversario en muy romántico. Los aniversarios suelen ser celebrados a través de intercambios materiales como regalos o cenas especiales, ¿Y si además hacemos balance? Cada año que pasa en la pareja está cargado de emociones, experiencias compartidas, desencuentros, crisis, sentimientos, momentos de expansión y circunstancias que nos hacen crecer, acercarnos, alejarnos o simplemente nos dejan indiferentes. Un año de vida en una pareja da para muchas líneas, se trata de hacer un acto de reflexión, un tiempo que podemos regalarle a la pareja para contarle como hemos vivido estos últimos meses a su lado, siempre de una forma donde resulte constructivo y nutritivo para ambos y donde podamos encontrar los motivos que nos hacen seguir eligiendo a esa pareja para seguir escribiendo más y más cartas cada año. Una carta refleja interés, dedicación y mucho amor hacia la relación.
- Regala palabras románticas. Ahora resulta tan fácil que no hacerlo puede resultar incluso dañino. No importa cómo, ni dónde ni por qué, un mensaje en el espejo, una nota en el desayuno, un whatsapp a media tarde, un mail mañanero, son infinitas las posibilidades en la era de la comunicación y proporcionan símbolos de afecto hacia el otro que le emocionarán. Las palabras pueden provocar muchas emociones y bien usadas llegan a calar en lo más profundo de nuestra vida emocional. Sé que me quieres, sí, pero necesito oírlo. Te amo como nunca he amado
- Gracias por estar ahí. Que gran verdad cuando se dice que sólo sabemos apreciar las cosas cuando las perdemos. Por eso es tan importante tomar conciencia de lo que uno tiene cada día, en este caso hablamos de la pareja, a la que rara vez se le da las gracias por estar ahí, al romanticismo, por compartir, por permanecer, creemos que es un bien que poseemos y que somos merecedores de sus virtudes y afectos. Dar las gracias mejora el vínculo y aviva el amor romántico en la pareja y nos recuerda que nadie tiene ninguna obligación con nosotros, por eso es tan importante saber agradecer, “Gracias por amanecer a mi lado, gracias por esta cena tan buena, gracias por ver esta serie conmigo aunque no te guste, gracias por acompañarme a comprar, gracias por ser tan amable con mi familia, gracias por quererme tanto”.
- Volver al lugar donde comenzó el amor. La rutina nos hace olvidar lo que un día fuimos, lo que nos enamoró, lo que fuimos y la magia que sentimos en aquellos tiempos. Dice Joaquín Sabina muy sabiamente que “al lugar donde fuiste feliz no debieras tratar de volver”, sin embargo, en este caso no se trata de buscar reexperimentar lo ya vivido sino de activar esa huella de memoria que todos los enamorados guardan como el mejor de sus tesoros. Vuelve allí con tu pareja y recuérdale cómo os conocisteis, será un acto romántico precioso.
- Sorpresas inesperadas. Los regalos en general están muy bien, pero aquellos que no se esperan, aquellos que no responden a nada se reciben con la ilusión del niño que llevamos dentro. Y no estamos hablando de regalos necesariamente materiales, que también, sino de sorpresas en general, porque sí, porque nos apetece tener un detalle, porque deseamos ver sonreír a nuestra pareja, sin más.
- Lo que le gusta y a ti no, puede ser compartido. Una forma de decir te quiero consiste en tener espacios compartidos donde unas veces por ti, otras veces por mí, vamos construyendo una relación donde los asuntos de ambos son igual de importantes.
- Prepara un plan a la medida de tu pareja y mantén vivo el romanticismo. ¡Sorpresa, hoy me encargo yo y tú solo disfruta, no te vas a creer dónde te voy a llevar! El día que nos demos cuenta que dar es a veces más gratificante que recibir podremos animarnos a la entrega más que a esperar a que nos lo devuelvan con creces. Organizar una salida especial diseñada en función de los gustos de la pareja es decirle que su felicidad la tenemos en cuenta y que forma parte de la nuestra.
- Un te quiero a media noche. Se nos olvida el valor de un te quiero cuando lo usamos por costumbre, cuando es tan frecuente que se gasta de tanto usarse. Sin embargo, un te quiero en mitad de la noche, con los susurros propios del duerme vela y el silencio como único aliado llega allá donde uno ni puede imaginar, un te quiero con el que después poder soñar plácidamente.
- Acaricia, el amor necesita tocarse para mantener el romanticismo. La piel es el órgano más grande del ser humano, puede llegar a medir unos 2 metros cuadrados y a pesar unos 5 kilogramos, lugar donde conectamos con los demás, nuestra barrera y nuestra puerta de entrada al mismo tiempo. Ser acariciado por la persona amada proporciona felicidad y sin duda mejor la comunicación y el vínculo afectivo. El amor necesita sentirse en la piel para ser auténtico. Así que acaricia suavemente, dedica tiempos para acariciar y ser acariciado y el amor romántico asomará.
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